Las estrategias de tu madre

Adiestrar el hijo varón
Para obtener el completo dominio del hijo varón no es suficiente crearlo porque ser súcubo de la madre no es parte de la naturaleza del hijo, la maternidad no implica esclavitud hacia la madre. Ser hijo no debería ser una condición en la cual se vive toda la vida, sino una forma de vida que se hace hasta los 18 años después de lo cual se debería comenzar a razonar libres de la influencia de la madre. De esta manera se consigue ejercer el rol de marido y de padre. A la madre esto no le encaja. Luego de haber conocido el poder que tiene sobre el hijo no quiere ningún otro tipo de poder y el que le da el marido no es nunca suficiente. El amor y la devoción que puede tener un hombre hacia la mujer nunca puede compararse con lo que el hijo siente hacia la madre.
 


Las mujeres acusan siempre los hombres de falta de amor hacia los hijos. Un hombre difícilmente es celoso de la hija cuando se casa. Puede no apreciar el marido pero es extraño que el hombre sienta que se muere cuando la hija se casa. En dos palabras, hombre era antes, hombre es después. La falta del hijo no lo condena a vivir en el pánico nuevamente. Cuando se casa la hija la madre está contenta, cuando se casa el hijo varón encuentra la tragedia mas grande de toda su vida. Lo que siente es que irremediablemente vuelve a no tener pelotas. Todo esto para cederle el hijo a esa imbécil que quiere solo maltratarlo y despreciarlo.
 


Cortarle las alas al hijo
Es necesario crear encastres, sensaciones de culpa y deberes del hijo hacia la familia y hacia la madre. Una mujer vive señalando los sacrificios que hace por el hijo. Para el hijo ella se sacrificará siempre, toda la vida. Esto en realidad es lo que ella pretende de parte del hijo. Esto es una parte pero no todo. Cuando el hijo empieza a caminar lo hace mal. Lo hace de una forma que implica lastimarse en cada paso que da. Ésta práctica crea una especie de correa que ata el hijo a la madre. Más te alejas de tu madre y más te lastimas. Más te alejas y más necesidad de tu madre tienes. La forma de caminar equivocada es apoyar primero el talón y luego la punta del pie. Ésta forma de caminar es la causa de la mayor parte de las disfunciones en el ser humano. Genera todos los problemas de columna, todas las disfunciones del aparato digestivo, crea la sensación de vulnerabilidad y debilidad.
Cuando un hombre se siente hecho pedazos viene generalmente atacado por la esposa, es ahí que si puede va a ver a la madre. La madre lo recibe y lo consuela “Mira, justo a ti que eres una buena persona. No es justo que te pase esto”. De cualquier forma sean las cosas al final del encuentro ella le dice “No te preocupes, verás que en el futuro las cosas van a mejorar” y de esta manera da esperanza al hijo. Un hijo débil, que tiene problemas de espalda, de digestión o simplemente de falta de energía deja siempre espacio para la presencia de la madre. Un hijo fuerte e independiente no. Cuando el hijo tiene necesidad de la madre ella siente que tiene el poder de volver a tenerlo con ella en cualquier momento porque la esposa tiene necesidad de un hombre donde descargar veneno pero no de un hombre del cual ocuparse.

Crear inseguridad en el hijo

Criticar constantemente las elecciones del hijo. Corregirlo cuando se viste. Obligarlo a hacer las cosas como dice ella, demostrar al hijo que se equivoca siempre, que es ella la más inteligente y la que sabe mejor elegir las cosas. Mamá te elige la ropa, mamá te compra los bizcochos, mamá te compra los calzoncillos y las camisetas. Lava, cocina, plancha, te hace los dibujos para la escuela porque es siempre mejor de ti. Tu haces una idiotez y tu madre te cubre. Ella miente por ti, ella te protege de la bestialidad de tu padre. En la relación con tu padre, al menos en lo que ves tu; tu madre discute todas las decisiones que toma tu padre. Las cosas son así desde el inicio del matrimonio, se trata de una regla de convivencia que se basa sobre la necesidad de hinchar las bolas que todas las mujeres tienen por el hecho de ser el sujeto débil en la convivencia. El hombre dentro casa cede por dos motivos: el primero es que no le importa mínimamente la forma o el color de los objetos que tiene; el segundo porque el hecho de decidir no lo hace sentir fuerte, potente, importante o seguro de sí mismo. Cada hombre sabe que cada vez que decide algo dentro casa empieza una lucha con la esposa que es capaz de pelearse por más de 20 años para no dejarle decidir el color de la tela que cubre un diván en su casa.
 


Cuando impone su voluntad sobre cualquier cosa al hombre la mujer recibe una sensación de potencia y de invulnerabilidad. Se siente invencible. Para el hombre es lo contrario, imponer su voluntad sobre la mujer no le da ninguna satisfacción. Nada mas villano que someter con la fuerza, la voluntad de una mujer. El 90% de los hombres vive cediendo en las decisiones dentro casa para evitar peleas idiotas. La mayor parte evita incluso dar la propia opinión sobre lo que se decide. Las mujeres piden sí o sí la opinión de lo contrario no consiguen decidir ellas. La clásica forma de joder al hombre es esta: ella decide todo lo que se pone cuando se viste y al final, delante de un detalle insignificante como los aros va a preguntar a su hombre cuáles le quedan mejor (lo mejor es que los aros sean casi iguales). Obedece la elección del hombre. Este comportamiento anómalo tiene una lógica. Si alguien por la calle se ríe de ella, ella pretende que tu la defiendas... ¿Como, has decidido tu como tengo que vestirme y dejas que él se ría de mi?

No se trata de decidir el aro sino de hacerte responsable de lo que se pone ella, tu eliges y tu tienes que defenderla luego. 


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